La escena nos resulta familiar. Estamos en una comida y la gente está supervisando, respondiendo y usando continuamente el celular, y normalmente se usa la aplicación WhatsApp o Facebook. Ya hoy comienzan a aparecer enfermedades como la apnea del Whatsapp (ansiedad en consultar mensajes de manera compulsiva) y trastornos psicológicos fruto de la adicción a estas aplicaciones; se habla también del miedo al estar sin celular y otros hablan del phubbing, acto que supone descuidar las relaciones directas por estar pegados en el celular. En promedio, un adulto toca su teléfono móvil más de 2.000 veces al día, y según estudios el 81% de los americanos admiten haber mirado sus teléfonos durante una cena o un evento importante, sin haber tenido control sobre esto.
EN COLOMBIA HAY MÁS HOGARES CON CELULARES QUE CON AGUA.
Según el DANE en el país hay más hogares con celular que con acueducto. Según la última Encuesta Nacional de Calidad de Vida el 90,3 por ciento de los hogares colombianos posee acueducto y el 96,4 por ciento tiene al menos un dispositivo móvil en casa. En Colombia existen más hogares con celulares que con acceso a uno de los servicios básicos fundamentales: el agua.
11 SEÑALES DE ADICCIÓN AL CELULAR
1. Alteración del horario habitual. Llegas tarde por estar revisando las redes, o te trasnochas por ello, cambio de horario de comidas por estar “enredado”
2. Deterioro de las relaciones interpersonales directas, rompimiento de las relaciones familiares o laborales por el uso excesivo de las redes
3. Alteración de prioridades familiares, laborales o religiosas.
4. Pérdida del control sobre la adicción. Intentas no revisar las redes y te enganchas de nuevo.
5. Compulsión por estar enterado de la última conversación o noticia en las redes sociales.
6. Usas el celular en momentos inadecuados sin necesidad real desconectándote de un evento familiar, religioso o laboral.
7. Descuido de otras actividades de crecimiento personal como el deporte, disfrute de la naturaleza, reuniones grupales, paseos familiares, convivencias etc.
8. Consideras una verdadera crisis, la falta de megas de navegación, de minutos de conversación o de batería en el celular aún sin tener urgencias en ese momento.
9. Estados de ansiedad, depresión o angustia por el uso excesivo de las redes
10. Más de tres personas significativas y a quienes le importas, te echan en cara tu excesiva necesidad de conexión.
11. Dejas el celular en la cama para revisarlo a cualquier hora de la noche
¿POR QUÉ ES TAN ADICTIVO?
La comunicación permite dar sin perder, por ejemplo. Comunicarnos con otras personas nos resuelve problemas, nos facilita la vida y nos da compañía. La comunicación es un regalo y una forma de completarnos como individuos en el día a día, en nuestra personalidad.
La obsesión aparece cuando llega la total dependencia. En ese momento, la comunicación, que es algo bueno, se convierte en un peligro. Nos sentimos vacíos. Podríamos compararlo con una comida compulsiva. Comer es bueno: lo necesitamos para nuestras tarea físicas y para vivir; pero si comemos más de la cuenta comienzan los problemas. La persona debe buscar siempre un equilibrio.
LA ADICCIÓN A LAS REDES SOCIALES EXISTE.
Puede que no cause daños físicos como el alcohol o las drogas, pero tiene el potencial de causar daño a largo plazo a nuestras emociones, comportamientos y relaciones. La adicción a las redes no daña al hígado o al pulmón, daña el comportamiento. La adicción consiste en pasar mucho tiempo en línea, quitando atención a otras tareas.
Otro daño que provoca esta adicción es en el sueño. Los enganchados a la red, cuando están “fuera” cumplen a medias sus responsabilidades, duermen poco, no se interesan en el cara a cara social. Lo que desean es volver a estar conectados. Quizá el problema de muchos de ellos está en la depresión y en la soledad. Ambas pueden ser causa o efecto de la adicción a las redes sociales.
Es importante analizar también la aceptación, los likes, la imagen idealista y muchas veces falsa que se comparte en imágenes y que puede crear sentimientos de inferioridad y depresión en muchas personas.
ESCLAVOS DEL TELÉFONO
Dice el Papa Francisco: ¡Libérense de la adicción a los teléfonos móviles, por favor! Seguramente han oído hablar del drama de la adicción. Adicciones al ruido: si no hay ruido no me siento bien …; y muchas otras dependencias. Pero esta es muy sutil. El teléfono móvil es una gran ayuda, es un gran progreso; debe ser usado, es bueno que todos sepan cómo usarlo. Pero cuando te conviertes en un esclavo del teléfono, pierdes tu libertad. El teléfono móvil es para la comunicación, es muy bueno comunicarse entre nosotros. Pero tengan cuidado, que existe el peligro de que, cuando el teléfono móvil se convierte en una droga, la comunicación se reduce a simples «contactos». ¡Pero la vida no es «contactar», es comunicarse! Recordemos lo que escribió San Agustín: «in homine habitat veritas interior» (De vera rel., 39, 72). En el interior del hombre vive la verdad. Tenemos que buscarla. Se aplica a todos, para aquellos que creen y para aquellos que no creen. Tenemos toda la vida interior. Solo en el silencio interior se puede captar y distinguir la voz de la conciencia de las voces del egoísmo y el hedonismo, que son voces diferentes.
DEL “LIKE” AL “AMÉN” LA RED QUE QUEREMOS
El uso de las redes sociales puede ser complementario al encuentro en carne y hueso, que se da a través del cuerpo, el corazón, los ojos, la mirada, la respiración del otro. Si se usa la red como prolongación o como espera de ese encuentro, entonces no se traiciona a sí misma y sigue siendo un recurso para la comunión.
Si una familia usa la red para estar más conectada y luego se encuentra en la mesa y se mira a los ojos, entonces es un recurso. Si una comunidad eclesial coordina sus actividades a través de la red, para luego celebrar la Eucaristía juntos, entonces es un recurso. Si la red me proporciona la ocasión para acercarme a historias y experiencias de belleza o de sufrimiento físicamente lejanas de mí, para rezar juntos y buscar juntos el bien en el redescubrimiento de lo que nos une, entonces es un recurso.
Podemos pasar así del diagnóstico al tratamiento: abriendo el camino al diálogo, al encuentro, a la sonrisa, a la caricia. Esta es la red que queremos. Una red hecha no para atrapar, sino para liberar, para custodiar una comunión de personas libres. La Iglesia misma es una red tejida por la comunión eucarística, en la que la unión no se funda sobre los “like” sino sobre la verdad, sobre el “amén” con el que cada uno se adhiere al Cuerpo de Cristo acogiendo a los demás.
Mensaje del Papa Francisco para la LIII Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales.
DEBEMOS HACER BUEN USO DE LA TECNOLOGÍA
Es importante fomentar y educar en el buen uso de la tecnología, tanto en los hogares como en las aulas y sitios de trabajo. La tecnología está hoy insertada en la vida diaria, pero usarla sin control puede influir negativamente. El hecho de establecer las formas de uso puede ser positivo y contribuir de manera importante al logro de mayor calidad de vida para todos y en especial para los jóvenes.
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